Los primeros días de regreso a la escuela las y los profesores tienen el reto de crear las condiciones más adecuadas para continuar sus labores académicas en un ambiente propicio para la convivencia, el trabajo colectivo y el aprendizaje. La presente guía desea contribuir a la importante labor de docentes que ayudarán a muchas niñas, niños y adolescentes a volver a la vida cotidiana después del sismo del 19 de septiembre de 2017. México avanza en una cultura de prevención, protección civil y resiliencia frente a las devastadoras consecuencias de los eventos naturales.
La población infantil queda afectada de manera directa o indirecta por estos lamentables acontecimientos, pero la sociedad adulta unida trabaja para proteger y garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes ante la emergencia y en la reconstrucción de la vida social. Una catástrofe natural trae consecuencias inmediatas que deben ser atendidas durante la etapa de emergencia.
Posteriormente, sigue una etapa de ajuste y adaptación a las actividades rutinarias de todos los miembros de la comunidad. Esta etapa requiere volver a las actividades que ya se venían realizando antes del suceso e integrar la experiencia que este hecho significó en la vida de las personas para incorporarla a su cotidianidad.
Regresar a la vida ordinaria puede ser complejo si hubo daños físicos en las personas o familias, o bien en el entorno, como destrucción de viviendas, centros de trabajo, escuelas, servicios públicos, transporte, etc., por lo que los primeros días son importantes para colocar las bases de una nueva etapa.
Sin duda, para las niñas, niños y adolescentes, el regreso a clases constituye una de las principales señales de que la emergencia está pasando y es preciso volver a la normalidad, sin embargo, este proceso no es sencillo pues la población en general y particularmente la niñez queda marcada por la experiencia emocional. En cada caso la dimensión de los efectos varía, por lo que en todo momento debemos valorar el impacto de este suceso caso por caso.
El estado de ánimo y la manera de procesar lo sucedido es diferente de persona a persona, por lo que es necesario identificar si en el grupo hay quienes tienen mayor dificultad para expresar y poner en orden sus pensamientos y emociones, e inclusive si requiere de atención especializada.
Ante este panorama la presente guía presenta una serie de recomendaciones para el trabajo frente a grupo y la sugerencia de 10 actividades para crear un ambiente de confianza y seguridad en la comunidad escolar que facilite, en la medida de las circunstancias, retomar las actividades cotidianas en las escuelas y salones de clase.
Las actividades sugeridas facilitan la expresión libre y pretenden fortalecer las actitudes positivas y resilientes privilegiando metodologías lúdicas y rituales, ya que sin duda son herramientas útiles en el salón de clase.
Descargar | Guía para docentes.
Descargar | Cuento y libro de colorear: Trinka y Juan: El día que la tierra se detuvo.
La población infantil queda afectada de manera directa o indirecta por estos lamentables acontecimientos, pero la sociedad adulta unida trabaja para proteger y garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes ante la emergencia y en la reconstrucción de la vida social. Una catástrofe natural trae consecuencias inmediatas que deben ser atendidas durante la etapa de emergencia.
Posteriormente, sigue una etapa de ajuste y adaptación a las actividades rutinarias de todos los miembros de la comunidad. Esta etapa requiere volver a las actividades que ya se venían realizando antes del suceso e integrar la experiencia que este hecho significó en la vida de las personas para incorporarla a su cotidianidad.
Regresar a la vida ordinaria puede ser complejo si hubo daños físicos en las personas o familias, o bien en el entorno, como destrucción de viviendas, centros de trabajo, escuelas, servicios públicos, transporte, etc., por lo que los primeros días son importantes para colocar las bases de una nueva etapa.
Sin duda, para las niñas, niños y adolescentes, el regreso a clases constituye una de las principales señales de que la emergencia está pasando y es preciso volver a la normalidad, sin embargo, este proceso no es sencillo pues la población en general y particularmente la niñez queda marcada por la experiencia emocional. En cada caso la dimensión de los efectos varía, por lo que en todo momento debemos valorar el impacto de este suceso caso por caso.
El estado de ánimo y la manera de procesar lo sucedido es diferente de persona a persona, por lo que es necesario identificar si en el grupo hay quienes tienen mayor dificultad para expresar y poner en orden sus pensamientos y emociones, e inclusive si requiere de atención especializada.
Ante este panorama la presente guía presenta una serie de recomendaciones para el trabajo frente a grupo y la sugerencia de 10 actividades para crear un ambiente de confianza y seguridad en la comunidad escolar que facilite, en la medida de las circunstancias, retomar las actividades cotidianas en las escuelas y salones de clase.
Las actividades sugeridas facilitan la expresión libre y pretenden fortalecer las actitudes positivas y resilientes privilegiando metodologías lúdicas y rituales, ya que sin duda son herramientas útiles en el salón de clase.
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